Soy de una generación donde se me inculcó la frase «contra el vicio de pedir la virtud de no dar» y la llevé a fuego casi durante 35 años.

Creo que poco a poco la he ido desterrando de mi mente y convirtiendo esa frase en la «virtud de pedir» y hoy, como en muchas otras ocasiones, cuando he pedido un favor, casi siempre las personas están dispuestas a ayudarte y eso hace que cada vez crea más en los demás.

Hoy tengo que agradecer a Cristina, a Andrés, a María, a Pepe, a Jorge, a los que les he pedido favores y ellos han confiado en mí para otros.

Cada vez que pides un favor, das a los demás el poder de ayudarte y eso desarrolla en ellos un vínculo contigo.

Cuantas veces he oído, «No me gusta pedir ayuda porque no quiero deber una…»  ¡Qué frase más egoísta! es la de tener siempre el control, quieres tener a los demás de tal forma que estén por debajo de ti, tú eres el «todopoderoso» que nunca necesita ayuda no vaya a ser cosa que alguna vez debas algo.

Cómo me gusta estar tan orgulloso de tener cerca a gente tan poderosa y amable que siempre que puede te ayuda sabiendo y respetando que quizá en algún momento puedan decirte «Ahora no puedo».

Gracias