Hoy he estado viendo llegar a los corredores que realizaban la ultra Canfranc-Canfranc. 100km con más de 8000m de desnivel.

Cualquiera que lo vea y conozca esta parte del Pirineo comprenderá que estamos hablando de una carrera para unos pocos privilegiados.

Durante todo el sábado y el domingo han ido llegando corredores que ni mucho menos eran los mejores pero sí son «únicos».

Este concepto que he leído hace poco en el blog de Juan Carlos Cubeiro, referido a algo dicho por Michael Porter. Me recuerda a algo que siempre he dicho en el trabajo en equipo y en el baloncesto.

Cuando se juega en equipo, es posible que tengas a un jugador que en líneas generales y por muchas razones, es «el mejor», parece que esa calificación a un jugador, lleva a los demás a ser «segundones», y por ello, a los jugadores siempre les he dicho que deben ser «ÚNICOS», y su exclusividad les llevará a ser necesarios en determinados momentos de la temporada. Eso es lo que hace grande a los equipos, tener singularidades únicas que permitan conformar un equipo que juegue de una forma especial, sabiendo lo bueno de cada uno de sus jugadores.

Esto mismo se debe trasladar a las empresas, a los equipos de trabajo y los equipos de la clase.

La misión de un buen coordinador, un buen maestro… es ayudar a descubrir a cada uno de los miembros con los que está a descubrir su propia singularidad. Y para ello no hay nada mejor que ayudar a conocerse y trabajar el Coaching.