Después de las vacaciones, reencontrarse en el trabajo con los compañeros y compañeras y en el baloncesto con los entrenadores, entrenadoras, con jugadores y familias, es muy satisfactorio.

Para mí, empezar los cursos me resulta motivador, quizás es una secuela de mis años como entrenador (nunca dejaré de serlo, aunque ahora directamente no ejerza) en los que comenzar la temporada, los nuevos proyectos, los sistemas, lo aprendido en los campus, en los clinic, mejorar los errores pasados, probar nuevas estrategias… Me sigue elevando el ánimo y me genera gran ilusión y bienestar.

Por la tarde, sigo siendo el mayor fan de los entrenadores a los que entreno, Toño, Javier, Pablo, Ana, … cualquier cambio, cualquier propuesta, todas los ajustes que por unas razones u otras se deben realizar para cubrir a los equipos, enseguida y de buena gana o con respuestas asertivas de comprensión hacen que la sección de baloncesto de El Salvador, sea un orgullo para ellos, para mí y para el colegio.

Gracias chicos, os debemos mucho.